viernes, 3 de febrero de 2017

Vanguardia: Dadaísmo

Tiene su origen en Zurich en 1916, durante la Gran Guerra, cuando un grupo de artistas, entre los que se encontraban Hugo Ball, Hans Arp o Richard Huelsenbeck, y a los que después se uniría el poeta rumano Tristan Tzara, iniciaron una serie de sesiones en un bar rebautizado Cabaret Voltaire, con la intención de lanzar, en palabras de Ball, "los más estridentes panfletos […] y para rociar adecuadamente con lejía y burla la hipocresía dominante".
Dadá pretendía ser diferente, no conformar un movimiento más. Los dadaístas querían acabar con el arte, bueno o malo, y con la noción misma de literatura. Representaron la negación absoluta. De ahí que su nihilismo acabara en un callejón sin salida. Tzara explicó tardíamente, en 1950, que para comprender muchos de los supuestos del dadaísmo había que imaginarse la situación de unos jóvenes "prisioneros en Suiza" en 1914 y dominados por el rechazo hacia toda forma de civilización moderna, incluido el lenguaje.
El mismo nombre no significaba nada: "Encontré la palabra dadá en el diccionario", diría Tzara, en una de varias versiones. De esa primera explicación surgió uno de los puntos básicos del dadaísmo: el azar contra la lógica y como elemento creativo.
Se iniciaba así una protesta poética y artística contra todo. A partir de ahí surgirían los famosos happennings, y la no menos famosa revista Dadá, dirigida por Tzara, quien acabaría convirtiéndose en el líder del grupo. El Manifiesto Dadá no apareció hasta 1918, momento en el que Tzara entró en contacto con Breton, Aragon, Eluard y Picabia. La categorización de Tzara fue en estos términos: "Protesta con los puños de nuestro ser: Dadá: Abolición de la lógica, danza de los impotentes para crear: Dadá: Chillidos de los colores crispados, entrelazamiento de las contradicciones grotescas y de las inconsecuencias: La Vida" .
De Dadá surgirían elementos utilizados después por los surrealistas, como el gusto por la sorpresa y el escándalo (insultos, violencia, agresión, histrionismo, humor) y el afán experimental, que a su vez procedía del futurismo (Tzara dijo que "el futurismo había muerto de Dadá").
Se ha señalado que este movimiento contenía más actividades que obras, y que éstas formaban parte del espectáculo. A ello se añade toda suerte de recursos tipográficos y caligráficos, mezcla de tintas, etc.


Sara Rodríguez
Sara Da Rocha

Fuentes:
Alonso, F. (s. f.) Las vanguardias. Recuperado de http://www.alonso-gonzalez.net/literatura/vanguardias.htm el 15 de diciembre de 2016.
Las vanguardias en España. (s. f.) Recuperado de http://aureliotrigueros.blogspot.com/p/las-vanguardias.html el 15 de diciembre de 2016.
Fernández López, J. (s. f.) Los moviemientos literarios de vanguardia. Recuperado de http://hispanoteca.eu/Literatura%20espa%C3%B1ola/Generaci%C3%B3n%20del%2014/Los%20movimientos%20literarios%20de%20vanguardia.htm el 15 de diciembre de 2016.

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